Hay dos momentos principales en mi vida diaria (o más o menos diaria) en los que me doy cuenta de lo mucho, muchisimo, que odio a la humanidad y compartir planeta con el resto del genero humano; En la cola del supermercado y en el viaje Madrid-Bilbao (nunca Bilbao-Madrid) de los autobuses alsa.

En el primer caso es por circunstancias obvias que poco tienen que ver casi siempre con la gente que está haciendo cola conmigo. Estar de pie, parado, en una cola que no avanza porque una vieja inútil intenta sacar céntimos del bolso, con ese hilo musical de grandes éxitos latinos a todo volumen (cuando no te toca navidad y ristra de villancicos) acompañado de calores infernales y parejas de cretinas que no paran de escupir mierda por la boca a gritos, hacen que quiera sacar una pistola y liarme a lo Columbine con todas las personas del súper. En el segundo, en los autobuses, el horario en que suelo coger el trayecto Madrid-Bilbao (primeras horas de la tarde) hace que comparta asiento con cretinos de todo tipo. Personas que se creen tan interesantes como para contarte su vida sin que les preguntes, aldeanos que parecen no haber cogido un autobús en su vida, niños que lloran, niños que gritan, niños que hacen sonidos que no se si se pueden catalogar como humanos, imbéciles que se pasan cuatro de las cuatro horas y cuarenta y cinco minutos que dura el viaje vociferando por el móvil (en un 60% de los casos en idiomas incomprensibles), parejas de imberbes adolescentes parloteando mierda, desconsiderados cretinos que bajan el asiento como si fuesen los dueños del puto autobús... Y todo eso sin contar la colección de buen cine que ponen, con grandes éxitos como "Un canguro Superduro", "El supercanguro" (la versión de "un canguro superduro" de Jackie Chan), "Rompedientes", "Algo para recordar", "Dos viejos gruñones" o la que ultimamente les ha dado por ponerme en absolutamente todos los viajes (como parte de su plan maestro para volver a la humanidad tonta perdida) "El príncipe de Pérsia".

Si no fuese por todo lo bueno que me espera en Bilbao (personificado en una sola chica increíble) dejaría de hacer ese viaje del infierno. Porque un día voy a terminar loco perdido y haré un Columbine en el autobús.

Y luego saldrán mis vecinos en GENTE y dirán "pues parecía un chico muy normal".

Pero todo será culpa de ALSA.

2 comentarios:

Bosco dijo...

No te equivoques, ninguno diríamos que parecías un chico normal... ajjaja

Tximinoman dijo...

pues me aseguraré de que los medios no te pregunten!