Yo he visto cosas que vosotros no creeríais...

... Conciertos de música electrónica en Aste Nagusi. A canis bailando junto a borrokas como si hubiese sido así toda la vida. He visto una semana grande bilbaína en donde parecían primar las mesas de mezclas frente a las guitarras y las baterias. Unas fiestas donde se mezclaban alboka con beatbox y la canción Aldapeko Sagarraren recibía un lavado de cara con machacones ritmos de dubstep.

He sido testigo de la revolución Euskalkani.




No se si llegaría a darle la carga política que el otro día le daba un amigo a este cambio social, creo que es una combinación de muchos elementos entre los que sin duda está el hecho de que hayan comenzado a surgir Djs con nombre en Euskal Herria (siendo las máximas exponentes, nos guste o no, las Tea Party), pero no creo que sea el único motivo. La electrónica vive un renacimiento. Las generaciones que llegan han abandonado el punk, el rock o incluso el pop y prefieren a un buen Dj en una gran discoteca. Hasta el reguetón  parece estar muriendo.

Obviamente nada de esto desaparecerá del todo, y podría ser que solo fuese una moda pasajera, pero resulta curioso ver a personas que jamás hubiesen accedido voluntariamente a escuchar lo que eran capaces de hacer dos chicas con unos platos y unas mesas de mezclas hace años querer, de pronto, no perderse ninguna de sus sesiones. Y quizás tenga que ver con lo que hacen las Tea Party. Quizás sus remezclas sencillas (que supongo que no fáciles) su uso de clásicos de bar (en su repertorio van del Highway to Hell de AC/DC al Chop Suey de System of a Down, pasándo por Otherside de Red Hot Chilli Peppers o incluso Lau Teilatu de Itoiz -básicamente temas de Antzoki y Azkena) sean lo que las hacen accesibles a toda clase de público. Quizás sea lo que faltaba para darle el pequeño empujoncito.

En cualquier caso las cosas están cambiando. Este año me he sorprendido ante un Aste Nagusi sorprendentemente electrónico y apenas roquero. Quizás sea una moda puntual, recordemos que también contrataron una vez a Lorna la del Papi Chulo para un Aste Nagusi (y recordemos también que no se presentó ella si no una doble o algo así convirtiéndose en una de las anécdotas más cómicas que recuerdo), pero en cualquier caso el boom de las Tea Party ha sido a nivel de las tres provincias y no solo de Bizkaia. Los tiempos están cambiando, supongo. Si para bien o para mal ya lo comprobaremos.

Populistas y Populares.

Nací y crecí en un Getxo y una Bizkaia en la que toda la política que ejercía el Partido Popular era una política victimista. Había que votarles a ellos para que no ganasen los terroristas. Había que votarles a ellos porque eran ellos, como buenos españoles, los que de verdad compartían dolor con las víctimas. No digo que no exista cierta relación entre ambos conceptos (victimas y militantes del PP) pero reducir toda la violencia ejercida a los miembros de un partido, o usar el dolor causado por una situación de mierda para rascar votos me ha parecido siempre pueril y bastante cobarde.

Pero eso hacían.

Resulta curioso ver ahora el enfoque que, de cara a las futuras elecciones generales, las primeras que, al menos en apariencia, están construyendo un frente de izquierdas realmente fuerte, los de Mariano Rajoy comienzan a adoptar el mismo victimismo y el mismo tipo de política que usaban por aquel entonces en Euskal Herria; Hay que votar al Partido Popular porque votar a cualquier otra cosa es votar al radicalismo de los bolcheviques bolivarianos del de la coleta. Hay que votar al PP porque de otro modo España se muere.

No son radicalismos, por supuesto. Porque los radicales son los otros. Lo suyo es más la opción sensata. La opción que cualquier ciudadano que se considere a si mismo español, sin importar su ideología, debería tomar si quiere salvar esta gran nación de las huestes comunistas.

Porque una cosa es ser Popular y otra Populista supongo.