¿Por qué celebramos la Navidad?

Me he estado haciendo esta pregunta mucho estas fiestas, en especial desde que se supo que Madrid iba a tener varias cabalgatas en las que, en lugar de tres reyes magos habría dos reyes y una reina magos, y la polémica que se suscito a costa de la decisión.

Yo me encuentro en un dilema ante esta noticia, ya que por un lado, como persona no creyente, no me molesta que uno de los reyes sea reina. No me molestan los cambios integristas y soy ferviente defensor de esa idea pues creo que la discriminación positiva ayuda a sentar las bases de lo que (espero) sea un futuro menos discriminatorio. Que un personaje de ficción pase de hombre a mujer me parece normal en el S.XXI, teniendo en cuenta que la mayor parte de ellos fueron creados en épocas muchísimo menos integristas. Es lo mismo que me ocurre con los cómics, no me molesta las decisiones de discriminación positiva que está tomando Marvel ahora por ejemplo, pues creo que unos cómics que fueron creados en los 60 y en donde predomina el varón blanco no son representativos ya del mundo multicultural en el que nos movemos. Dicho lo cual, también comprendo la postura de los creyentes que se sienten ofendidos ante la idea que Melchor sea ahora una señora.

Hay que entender que para el creyente, los reyes magos no son personajes de ficción, si no figuras históricas, pues, a ojos del creyente, lo escrito en la biblia es historia. Jesús era un tipo que nació en Belén y andaba por ahí curando a enfermos con sus manos desnudas y resucitando a gente, y eso PASABA. Así que para ellos no es que se esté cambiando de sexo a un personaje de ficción, es que se está cambiando de sexo a una figura histórica. Por poner un ejemplo, para ellos lo que ocurre en esos distritos de Madrid es lo mismo que si hiciese una película de, no sé la llegada de Colón a América y los reyes católicos fuesen una pareja de gays o de lesbianas.

Ya sé lo que estáis pensando, y pienso lo mismo, que no deberíamos regir nuestras decisiones en base a una minoría que cree en personajes grandes hermanos imaginarios que nos juzgarán al final de los días o que, como el ministro del interior, tienen ángeles de la guarda con los que hablan y a los que tutean (el del señor ministro se llama Marcelo por cierto) y que los ayudan a aparcar y movidas. No deberíamos regir nuestras decisiones en base a esa minoría de enfermos mentales, y sí, tenéis razón, estoy de acuerdo con vosotros, de verdad, pero es que lo que estamos celebrando en este país que, a pesar de que nos jactamos de ser laicos y expulsar la religión de nuestros colegios públicos (o al menos intentarlo) somos uno de los países que más ritos tribales celebra (*cough*Semana Santa*cough*), es la NAVIDAD. Y la NAVIDAD no es más que, en definitiva, una fiesta cristiana.

Así que lo que cabe preguntarse no es si Reina Maga sí o no, si no ¿Por qué narices seguimos celebrando la Navidad? Y no me entendáis mal, no tengo nada en contra de estas fechas. De hecho soy una de las personas que más oiréis defendiendo estas fiestas, pues, desde mi punto de vista, suponen el reencuentro con familiares y amigos que vuelven a casa. Me encantan las comidas familiares pues tengo la suerte de haber crecido en una que nos llevamos bien todos y me encanta la comida y ¡que coño! también me encantan los regalos. Pero yo no celebro el nacimiento del salvador ni los acontecimientos pseudo-históricos escritos en un libro antiguo. No celebro esos ritos porque no creo en ellos, y no me parece mal que las personas que crean en ellos los celebren, pero a lo que voy es a que es como el Ramadán. No creo, así que no celebro la Navidad. Para mi esto son vacaciones.

Y no entiendo el sentido de continuar festejando estas fiestas en su sentido cristiano si las personas que aún las celebran con ese significado religioso son (al menos desde mi punto de vista) una minoría aislada. No entiendo el sentido de la cabalgata de los reyes magos si todos creemos que son figuras mitológicas no más reales que el minotauro del laberinto. Así que, en vista de que no entiendo el sentido de celebrar la Navidad más, propongo cambiar estas celebraciones y eliminar del todo su sentido religioso. Volvamos a las celebraciones del solsticio de invierno e inventemos nuevos personajes que traigan regalos a los niños. Quizás hasta se podrían quedar Papa Noel y el Olentzero, pues su asociación religiosa es en el primer caso muy vaga y ya absolutamente olvidada y en el segundo directamente inexistente, pero eliminemos a los reyes magos e inventémonos otros personajes. Podríamos decir que vienen Las tres estaciones futuras (un Otoño, un Verano y una Primavera y así tenemos diferentes sexos) a celebrar el nacimiento de su hermano invierno. PUM. El problema estival solucionado con una chorrada.

Pero no celebremos Navidad más, en serio, que a nadie le importa ya.

Petición (2)

Hola.

Mañana es 20 de Diciembre. Mañana tendrá lugar las elecciones más importantes que mi generación ha vivido. Son importantes porque por primera vez en unas generales existe una posibilidad real de cambio. Y no hablo de que llegue el partido A o B al gobierno, si no del hecho de que existen partidos nuevos con, al menos aparentemente, intención de voto suficiente para derrocar a la vieja guardia, expulsar al bipartidisimo de una vez por todas.

Pero eso solo puede pasar si tú decides hacer algo mañana. Si mañana vas a las urnas y votas al PP o al PSOE, estás votando que las cosas sigan como hasta ahora. Estás diciendo que tener en el congreso a la mafia está bien. Que la corrupción no te importa. Que la falta de ideas y perspectivas son cosas fantásticas y que no hay que cambiar nada en este país porque todo va bien. Eso es lo que estás votando. Yo quiero pedirte que no lo hagas. Quiero pedirte que pienses en la oportunidad que tenemos mañana y decidas que otra política es posible.

Y no me importa si eres liberal o comunista, no te estoy pidiendo que votes a un partido en particular, lo que te estoy pidiendo es que no les votes a ellos. No creo que una ideología o una tendencia política te convierta automáticamente en "los malos", pero si creo que robar, saquear y convertir la política en una farsa basada no en el bienestar de la ciudadanía si no en las ansias egoístas de poder de una minoría sí te convierte en "los malos". Y eso son ellos. Ellos son los malos.

No me importa si votas a uno de los otros dos showmans con posibilidades reales de llegar al poder o a otro partido, lo que quiero es que el tándem de poder que existía antes, desaparezca. Y para que eso ocurra necesitamos que tú, tú persona, vayas mañana a votar y cuando votes, no les votes a ellos. Es importante esto.

Te pido eso, otra vez, como ya te lo pedí en las elecciones europeas. Ahora más fuerte si cabe, ahora es más importante.





Este texto llega tarde, lo sé, pero os pido por favor que hoy, que es jornada de reflexión, reflexionéis al menos cinco minutos sobre la realidad del país en el que vivís. Cambiar la política no va a solucionar todos los problemas de España. La nueva política no va a hacer que de pronto todos los males desaparezcan, al final, sin un cambio en la mentalidad social de los ciudadanos y un cambio de actitud en general en los individuos, a base de autocrítica y ganas de mejorar, no se terminarán los problemas. Pero es un comienzo. Es una primera piedra hacia un futuro un poco mejor. Expulsar a las ratas del congreso, o relegarlas a la puta esquina que se merecen es un buen comienzo.

El peor fandom

El pasado viernes en Paris unas personas decidieron matar a otras 129 por adorar al personaje de ficción equivocado. Los Mahomers, radicales seguidores del profeta, hartos de festividades infieles decidieron una vez más que era momento de tomar acción. 

"Si no adoras a Alá es porque eres un puto envidioso" dijeron antes de volarse por los aires, demostrando una vez más que son el fandom más radical que se conoce.

El auto-proclamado (parece importante destacar lo de AUTO) estado islámico se hizo responsable de los actos. Son un poco como el club de fans de Mahoma. Dijeron que esa gente tenía carnet de socio y las investigaciones posteriores demostraron que ya se había estado hablando en las redes sociales de hacer una quedada y eso. Todo tristemente normal.

Ocurre que, como pasa siempre que pasan estas cosas, la gente moderada, esos a los que les gusta el profeta pero tienen dos dedos de frente, ahora se ven en la necesidad de justificarse frente al mundo, que es incapaz de separar el ser fan con el ser un fanático. "Joder, es que ahora parece que porque nos gusta el Corán y eso somos todos unos putos locos y no" dicen. Muchos de ellos incluso sintieron la necesidad de dejarlo claro en las redes sociales frente a los intolerantes que querían meterles en el mismo saco que a los asesinos, como las Directioners dejaron claro en su día que aquellas que se metían con Zayn por haber abandonado la banda no eran Directioners de verdad si no unas putas, como si que el mundo estuviese plagado de racistas ignorantes fuese responsabilidad suya.

Pero no es suficiente. El debate ha quedado abierto. ¿Es bueno que nuestros jóvenes escuchen a Mahoma si se puede llegar a estos extremos? Muchas asociaciones de europeos preocupados, así como de otros países, piensan que no. Los franceses emitieron ayer una respuesta en forma de una serie de misiles a ver si mataban a algún Mahomer, porque al parecer el ojo por ojo y las demostraciones de fuerza no devuelve vidas pero te deja el cuerpo como tranquilo. Es como si estás de fiesta un día y alguien se mete con tu novia, te puedes callar y simplemente no rebajarte a su nivel, o puedes ser un gilipollas como el otro y calzarle una hostia por imbécil. Personalmente soy más fan de la primera opción, pues nunca he querido rebajarme al nivel de los subnormales del mundo, pero allá cada cual.

También es verdad que nunca me he visto en esa situación.

Lo más triste de todos modos es que cuanto más pasan los días, más páginas ocupa el nuevo debate abierto y menos los 129 cadáveres de este viernes, que ya no son personas, son simples números. Argumentos que blandir para justificar lo injustificable.


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Es importante volver a señalar que el Estado Islámico es AUTO-proclamado.

No deberíamos definir una religión por su peor ejemplo. Me sorprende que a estas alturas haya tantos católicos que no tienen claro esto.
La reacción la semana pasada con todo el tema aquel del comunicado de la OMS sobre ciertas carnes y como están en la misma categoría cancerígena que el tabaco fue la demostración, una vez más, de que da igual lo que digan los expertos, si mucha gente hace algo es imposible que esté mal.

Me explico; Soy fumador. Y la sociedad me trata como un apestado por ello. No pasa nada, ojo, lo entiendo, porque lo que estoy haciendo es malo para mi salud. Por no hablar de que se agradece que en los bares no permitan fumar (temas de olores y esas cosas). Reconozco las ventajas de la ley antitabaco, aunque sea una ley que nos discrimina a los que estamos atrapados en el vicio. Entiendo esas ventajas porque en el fondo (y antes no pensaba así, pero con los años me he vuelto más moderado supongo) comprendo que en el conjunto general de las cosas es una buena idea.

Nadie niega que el tabaco no sea horrible.

Creo que ningún fumador os va a negar eso.

Lo que os podemos decir es que nos gusta fumar (a mi me gusta fumar) y que nos gusta tener nuestra libertad para hacer lo que nos de la gana, aunque dicha cosa no sea lo mejor para nuestra salud.

Hace una semana la OMS soltó una bomba en contra del bacon y la carne procesada. Y la reacción fue la negación. "Qué sabrán esos de la OMS" decían la gente "Yo no voy a dejar de comer bacon por ello".

Me parece bien que no vayas a dejar de tomar bacon solo por el hecho de que alguien te ha dicho que puede darte cáncer de colón, ojo. Estoy completamente a favor de que, como individuo, tomes la decisión con total libertad y uso de tus capacidades de consumir algo nocivo para tu organismo. Pero creo que si una organización conocida como la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD dice algo sobre la salud, lo menos que puedes hacer es no ponerla en entredicho. Pero claro, la carne no es como el tabaco. Todo el mundo come carne. Así que no tardaron en surgir las voces que decían que el estudio "no decía exactamente eso" y que los medios de comunicación estaban exagerando. Que no era que te fuese a salir cáncer por consumir bacon una vez por semana, si no si abusabas del tema, y que lo que había que hacer era "tener una dieta equilibrada".

La población tranquila, volvió a sus casas a seguir comiendo veneno.

Pasa lo mismo con la marihuana. Es más fácil encontrar a alguien que ha consumido porros en algún momento de su vida (y no hablo "de manera regular" si no que los ha probado) que alguien que no. Todo el mundo fuma porros de una manera u otra, están tan normalizados a estas alturas como el alcohol. A nadie le choca estar en un grupo y que una de las personas se líe un porro, como a nadie le choca que en un grupo alguien se fume un cigarro o se tome una caña. Quizás (quizás) en el sector más conservador de la población, esto aún se puede ver como algo raro o malo, pero en general no es así.

Esta normalización del consumo del THC ha llevado a que los movimientos pro-legalización tengan cada vez más poder. Desde la capital del imperio (capital en ruinas pero capital al fin y al cabo) no nos dejan de llegar noticias de estados que han aprobado el uso legal de esta droga. Y en realidad es una cuestión de tiempo que se termine legalizando en nuestro país (una cuestión de años, ojo, pero tiempo al fin y al cabo).

No estoy en contra del consumo de la marihuana, ojo, del mismo modo que no estoy en contra del consumo del alcohol, del tabaco o del bacon. O de cualquier otra droga en general. Pero es una droga. Por más que la consuma un porcentaje más alto de la población que, no sé, el cristal o la cocaína, no deja de ser droga. Una droga que, debido a la normalización de su uso se nos dice que no es tan mala como otras "más duras", lo que no es más que una patraña en realidad. Fumar porros es tan malo para tu salud como tomar cristal, pero el hecho de que un porcentaje tan alto de la población esté absolutamente dispuesto a hacer una de las cosas y completamente en contra de la otra, hace que nuestra percepción sobre el bien y el mal varíe.

No se entienda esta entrada como un llamamiento en contra de las drogas y a favor de la salud, por favor. Ese no es el mensaje que estoy intentando transmitir aquí. Estoy bastante a favor de las sustancias psicotrópicas de hecho. Ninguna de las conocidas como "drogas duras" me ha dado un mal viaje y siempre que he tomado algún tipo de sustancia (salvo un par de veces y casualidad, con marihuana) lo he pasado en grande y ha sido, en mayor o menor medida una experiencia muy reveladora. Y con el bacon me pasa lo mismo, no estoy en contra del consumo de bacon, no voy a dejar de comer bacon por que lo diga la OMS, de la misma manera que no he dejado el tabaco o de hacer en general cualquier cosa solo porque era "malo para mi salud"

Estoy muy a favor de las libertades individuales y de que cada uno tome las decisiones que le apetezcan en cada momento.

Mi entrada no está criticando eso. Coño ni siquiera estoy criticando nada, simplemente encuentro divertido y gracioso el modo de funcionar de la sociedad y como "el bien y el mal" dependen de cuantas personas estén haciendo una cosa o la otra.

Wag the dog.

Cada vez que oigo hablar a Mariano Rajoy del tema catalán se me hincha la vena. Cuando un periodista le pregunta por "LA CRISIS CATALANA" (CHAN CHAN CHAAAAN) quiero cambiarme de país. Y es que seguimos, por ejemplo, estando a la cabeza de la tasa de paro en Europa y la gente prefiere seguir hablando de la cortina de humo de Mas que de cosas con importancia de verdad.

Que oye, ya puestos a hablar de chorradas que no van a ninguna parte y que solo sirven para que no hablemos de como están de mierda hasta el cuello y el país sigue hundido en la miseria, que hablen del Madrid y el Barça, o de la caída de Marquez el otro día. Si de lo que se trata es comentar cosas que les preocupen de verdad a los españoles que hablen de La Voz Kids o la última expulsión de Gran Hermano.

-Oiga señor Rajoy, ¿Y los casos de corrupción de su partido?
-Pues mira, se habla mucho de los casos de corrupción de mi partido, pero poco de los del Barça con Neymar y eso. Y eso no está bien, porque al final si se deja que el Barcelona juegue como le da la gana la Liga... que todo el mundo sabe que es la mejor Liga del mundo... las diferencias entre ellos y los equipos pequeños terminan haciéndose más grandes.
-Pero yo no le he pregunt...
-Además que ni que este año estuviesen bien, sabes, que van de pena. No como mi Madrid.

Lo digo sin coñas. Ya total que hable así. O que comente la última película que vio. O que diga que le gusta mucho Breaking Bad.

En serio, dejad de preguntar a Rajoy por Catalunya. Ignorar a Mas. Y no lo digo porque el tema catalán no sea importante (que no lo es, pero no vamos a entrar a discutir eso ahora) ni porque crea que los catalanes no merecen tener un referéndum y la posibilidad de elegir (que por supuesto se lo merecen y me parece de pena que no les dejen), si no porque hay temas mucho más fundamentales que esos. Hay problemas más serios ahora. Como diez o doce temas más urgentes.







-Tampoco ayuda nada la fobia de nuestro presidente a hablar con periodistas y medios sobre los que no tiene control, y que para una vez que decide enfrentarse a sus miedos y hablar con alguien, vaya Alsina y le pegue un susto como el de "¿Y la Europea?". Que me encantó, pero claro, nos lo asustas, Alsina.-

Siempre nos quedará McDonalds

Estoy buscando trabajo.

No tengo mucha experiencia, la verdad, y mis estudios no es que me den para buscar un trabajo en base a ellos (para buscar trabajo de ilustrador necesito un book y no tengo un book -aunque estoy trabajando en ello), con lo que mis opciones de cara a encontrar un trabajo se reducen a curros que no necesitas estudios. En el sector hostelero no puedo pasar de camarero por ejemplo, y puedo trabajar de peón, dependiente, o descargando camiones. En general, de lo que puedo (y quiero) trabajar es del tío que recibe ordenes del jefe. La mano de obra. El Oompa Loompa.

Pero tres semanas después empiezo a desesperarme. En todos los trabajos, sea de lo que sea, me piden experiencia demostrable. Hoy en una oferta me han pedido experiencia demostrable doblando ropa. No lo digo de broma. DOBLANDO ROPA. También me la han pedido para descargar camiones... y así es un poco todo. Yo me apunto igual, por apuntarme que no sea, aunque sepa que no me van a coger.

Es de locos, en serio. Y me enfada mucho. Los jefes argumentarán que necesitan a alguien ya y no tienen tiempo de enseñarle, pero estamos hablando de curros que 1-Se aprende haciendo y 2-Las nociones básicas se explican el primer día. Trabajos en los que a partir de la tercera hora de tu primer día ya podrías estar trabajando, claro que no vas a saberlo todo, pero ya lo irás cogiendo. Pero no, claro. No hay tiempo ni para eso.

Y yo sigo sin trabajo. Porque no tengo experiencia

Y no cojo experiencia. Porque no tengo trabajo.

Entendéis mi problema ¿no?





No somos la generación sin futuro. No es que no tengamos futuro. Es que nos lo han quitado.

Somos la generación robada, la generación perdida, la generación a la que las anteriores generaciones disfrutan dando por el culo. Si quieres trabajar en trabajos de verdad tendrás un contrato de prácticas, y da gracias si te pagan aunque sea 200€, que no da para vivir claro, pero también podrías estar haciéndolo sin cobrar. Y no se te ocurra cambiar de empresa porque volverás a la casilla de salida otra vez. Y si lo que necesitas es dinero rápido olvídate, porque al parecer no se puede trabajar sin experiencia ni en trabajos basura.

Siempre nos quedará McDonalds supongo.

Un niño en la playa

(He intentado editar un poco la entrada para dejarlo más claro e intentar parecer menos gilipollas. No sé si lo he conseguido)




Que lo de Siria es nuevo, ¿no sabes?

Que en realidad estos cuatro años no ha estado pasando nada.

Que si no hablábamos del tema, si no dábamos dinero, si no pedíamos que se acogiesen refugiados y en general, si nada de nada, es porque no estaría pasando gran cosa en el país. Vamos, digo yo. Porque no va a ser que somos unas personas de mierda, eso no, claro. No va a ser que somos unos putos privilegiados que solo somos capaces de percibir los problemas cuando nos dan una hostia en la cara, no hombre, no. Es que no estaba pasando absolutamente nada. Eso debe ser, sí.

Pero ya ves, en cuanto nos hemos enterado, todos a una. Vamos exigir a nuestros gobiernos que se acojan refugiados, vamos a dar donativos, vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano (salvo, claro está, hacer algo de verdad que requiera mancharnos, que eso lo hagan los voluntarios que para eso están) para que esto que está pasando en Siria (que claro, ES NUEVO) deje de pasar. No más niños muertos boca abajo en la playa, porque todos hemos conocido niños y pensar que ese podía ser el niño que conocíamos nos revuelve las tripas.

Mira que rápido hemos reaccionado, Europa. Creo que nos merecemos un par de palmaditas en la espalda.






Oye, y a esos negros que vienen en patera, o a los moros de mierda que intentan saltar esa verja de pinchos que puso nuestro gobierno, a esos ni agua, no jodas, que esos solo vienen a delinquir y vienen por gusto además. Hijos de puta.





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Siento ponerme cínico con este tema. Está bien que al menos se esté haciendo algo supongo. 

El tema es otro... y ahora es cuando llegan las explicaciones, siempre me tengo que explicar cuando hablo de estas cosas... A ver, yo no hago nada, lo digo ya, antes de que lo digáis. Yo no doy dinero a ONGs (no tengo tampoco dinero que dar a ONGs) ni colaboro con nada. Así que tampoco quiero criticar duramente a los que sí hacen algo, aunque sea algo como dar dinero o dar ropa. No quiero criticar duramente porque, comparados conmigo, están haciendo un montón. Mi crítica no va por ahí. Mi critica va en otro sentido. Lo que me jode de todo este asunto es que se hagan cosas por las razones equivocadas, o se diga que se hacen cosas por motivos que no se hacen, y es una cosa que es complicada de explicar, porque cuando empiezo a decir que es una mierda que se hagan cosas por las razones equivocadas la gente me viene siempre con la mierda esa de "Bueno ¿Y qué estás haciendo tú, eh?", mi problema reside en el por qué se hacen cosas frente al por qué decimos que hacemos cosas.

Yo no hago nada. Y me podría ir a ayudar supongo, pero la verdad... y digo esto a riesgo de quedar como un gilipollas integral... es que me da igual. Sí, es así. No me importa. No me gusta que pasen estas cosas, no me gusta que Siria lleve cuatro años en una guerra civil sangrienta (uno de mis mejores amigos es Sirio y la verdad, cuando me contó lo que estaba pasando hace un par de años flipé. Es una situación muy de mierda que escapa a mi comprensión y que ojalá no estuviese ocurriendo), pero si me dices "bueno, haz algo" no te voy a engañar, no lo voy a hacer.

Porque tengo otras cosas en mi cabeza ahora mismo. Porque en mi lista de prioridades ayudar a gente que está en países en guerra no está ni en mi top 10. Y es una mierda, pero es la verdad. Sé que es una justificación de mierda y que que sea la verdad no lo hace mejor, pero las cosas son como son. No voy a mentiros y a deciros ahora que no lo hago porque no puedo. Eso sería lo último.

¿Soy una mala persona por ello? No creo, la verdad. Creo que la empatía se tiene a distintos niveles y mientras la sientas en algún sentido está bien. A mi me dan igual los desconocidos, pero mi familia y mis amigos me importan mucho. Mucho más de lo que me importo a mi mismo de hecho. No soy una mala persona, o al menos no creo que lo sea.

El asunto es que no creo que no ayudar te vuelva una mala persona, pero si creo que la falsa empatía, esa que se genera a través de fotos y anuncios y campañas promocionales si te convierte en un hipócrita. No me malinterpretes, en la imagen global, es mucho mejor ser un hipócrita que ayuda que alguien como yo, pero eso no quita que la falsa ayuda, la generada así, LA QUE NO DURA (me parece importante destacar esto), no sea hipócrita. Porque por más que esté mejor que deis dinero o cosas y que intentéis ayudar y que vayáis a manifestaciones y así porque visteis una foto de un niño muerto y algo se rompió dentro de vosotros y decidisteis que era el momento de implicaros en una guerra que en cuatro años NO OS HA IMPORTADO UNA PUTA MIERDA, eso no significa que seáis mejores personas que yo.

No digo que seáis mala gente, ojo. No estoy diciendo eso. Os estoy llamando hipócritas, claro, pero no digo que seáis malas personas porque al final, aunque sea por los motivos equivocados, estáis intentando hacer algo. Lo que digo es que tampoco os engañéis o intentéis engañar a los de más diciendo que las cosas las hacéis porque sois grandes personas y no porque no queréis sentiros mal más.

También os digo, he conocido a muchas buenas personas a lo largo de mi vida, muchos de los cuales empezaron a implicarse política y socialmente a raíz de cosas como esta. No digo que no podáis estar haciéndolo por las razones correctas. Lo que digo es que si queréis ayudar... que no se quede en la anécdota. Que no se quede en "lo hacemos ahora porque está pasando esto y en cuanto pase que le den por culo otra vez a todo".




Es que me revienta un poco toda esta mierda. Este voluntariado poser. Esta implicación de red social. Me jode que busquéis aprobación y que se vea que estáis haciendo mazo y súper consternados con la situación actual e implicadísimos a base de compartir en Facebook la foto del niño en la playa diciendo "Ay qué puta mierda todo". No digo que no esté bien, claro, joder, al menos estáis haciendo algo. Pero no me vengáis de implicados, por favor. Porque ahí es donde reside vuestra hipocresía, en creer que por hacer algo para sentiros mejor sois buena gente.





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Ya siento esta entrada.

No sé porque soy un puto cínico. 

Igual es porque no ayudo. Igual es porque en el fondo soy una mala persona que se esfuerza mucho en decirse a si mismo que no lo es. Igual es que, así como vosotros buscáis aprobación gritando cuanto ayudáis en las redes sociales, yo busco justificar que no soy un cabrón en mi blog personal.

(o igual estoy de mala leche por una serie de mierdas que tengo encima ahora mismo, también podría ser)

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais...

... Conciertos de música electrónica en Aste Nagusi. A canis bailando junto a borrokas como si hubiese sido así toda la vida. He visto una semana grande bilbaína en donde parecían primar las mesas de mezclas frente a las guitarras y las baterias. Unas fiestas donde se mezclaban alboka con beatbox y la canción Aldapeko Sagarraren recibía un lavado de cara con machacones ritmos de dubstep.

He sido testigo de la revolución Euskalkani.




No se si llegaría a darle la carga política que el otro día le daba un amigo a este cambio social, creo que es una combinación de muchos elementos entre los que sin duda está el hecho de que hayan comenzado a surgir Djs con nombre en Euskal Herria (siendo las máximas exponentes, nos guste o no, las Tea Party), pero no creo que sea el único motivo. La electrónica vive un renacimiento. Las generaciones que llegan han abandonado el punk, el rock o incluso el pop y prefieren a un buen Dj en una gran discoteca. Hasta el reguetón  parece estar muriendo.

Obviamente nada de esto desaparecerá del todo, y podría ser que solo fuese una moda pasajera, pero resulta curioso ver a personas que jamás hubiesen accedido voluntariamente a escuchar lo que eran capaces de hacer dos chicas con unos platos y unas mesas de mezclas hace años querer, de pronto, no perderse ninguna de sus sesiones. Y quizás tenga que ver con lo que hacen las Tea Party. Quizás sus remezclas sencillas (que supongo que no fáciles) su uso de clásicos de bar (en su repertorio van del Highway to Hell de AC/DC al Chop Suey de System of a Down, pasándo por Otherside de Red Hot Chilli Peppers o incluso Lau Teilatu de Itoiz -básicamente temas de Antzoki y Azkena) sean lo que las hacen accesibles a toda clase de público. Quizás sea lo que faltaba para darle el pequeño empujoncito.

En cualquier caso las cosas están cambiando. Este año me he sorprendido ante un Aste Nagusi sorprendentemente electrónico y apenas roquero. Quizás sea una moda puntual, recordemos que también contrataron una vez a Lorna la del Papi Chulo para un Aste Nagusi (y recordemos también que no se presentó ella si no una doble o algo así convirtiéndose en una de las anécdotas más cómicas que recuerdo), pero en cualquier caso el boom de las Tea Party ha sido a nivel de las tres provincias y no solo de Bizkaia. Los tiempos están cambiando, supongo. Si para bien o para mal ya lo comprobaremos.

Populistas y Populares.

Nací y crecí en un Getxo y una Bizkaia en la que toda la política que ejercía el Partido Popular era una política victimista. Había que votarles a ellos para que no ganasen los terroristas. Había que votarles a ellos porque eran ellos, como buenos españoles, los que de verdad compartían dolor con las víctimas. No digo que no exista cierta relación entre ambos conceptos (victimas y militantes del PP) pero reducir toda la violencia ejercida a los miembros de un partido, o usar el dolor causado por una situación de mierda para rascar votos me ha parecido siempre pueril y bastante cobarde.

Pero eso hacían.

Resulta curioso ver ahora el enfoque que, de cara a las futuras elecciones generales, las primeras que, al menos en apariencia, están construyendo un frente de izquierdas realmente fuerte, los de Mariano Rajoy comienzan a adoptar el mismo victimismo y el mismo tipo de política que usaban por aquel entonces en Euskal Herria; Hay que votar al Partido Popular porque votar a cualquier otra cosa es votar al radicalismo de los bolcheviques bolivarianos del de la coleta. Hay que votar al PP porque de otro modo España se muere.

No son radicalismos, por supuesto. Porque los radicales son los otros. Lo suyo es más la opción sensata. La opción que cualquier ciudadano que se considere a si mismo español, sin importar su ideología, debería tomar si quiere salvar esta gran nación de las huestes comunistas.

Porque una cosa es ser Popular y otra Populista supongo.
Siempre que hablamos en positivo hablamos de como "deberían ser" las cosas. Si hablamos de que los políticos no deberían robar, que la gente no debería morir de hambre si hay recursos para todo, que los niños no deberían morir de enfermedades para las que se ha encontrado cura, que no debería haber guerras, que no debería haber racismo, ni clasismo, ni desigualdad por razón de sexo o tendencias sexuales. Cuando hablamos de estas cosas hablamos en hipótesis. Porque las cosas SON de otra manera. Y siempre SON de una manera que apesta.

Es curioso porque a todos nos gustaría que las cosas fuesen de otra manera y sin embargo nos resignamos a la idea de que las cosas son siempre malas. Aceptamos que el político robe, aceptamos que la gente muera de hambre, aceptamos que no se repartan medicamentos en los países menos desarrollados, que haya guerras, que exista el racismo. Aceptamos que en el siglo XXI la lucha de clases siga presente, que se trate diferente a las personas dependiendo de su sexo o que aún se discrimine a la gente con una sexualidad distinta. Lo aceptamos porque así es como ES el mundo. Nos gustaría que fuese de otra manera, pero ¿quien somos nosotros para cambiarlo?

Últimamente pienso mucho en esto. Pienso en esto y en que lo que hay entre lo que ES y lo que DEBERÍA SER es una elección.

Por poner un ejemplo reciente y cercano, solo para poner en perspectiva esto de lo que hablo, para explicar con un caso concreto algo que es muy jodido y que aceptamos porque es como son las cosas, vamos a hablar de las últimas elecciones.

En estas elecciones han aparecido dos partidos, Podemos y Ciudadanos, que caminaban, aunque en márgenes distintas, con un mismo objetivo. El fin del bipartidismo. Ambos partidos basaron gran parte de su campaña en la idea de que teníamos una clase política corrupta a la que había que eliminar, que era el momento de cambiar las cosas, de una segunda transición que terminase con los viejos estandartes y dejase paso a políticas jóvenes y nuevas. Sin entrar a valorar los resultados de estos dos partidos, las coaliciones del partido de Pablo Iglesias y los de Albert Rivera consiguieron una cosa, que era meter miedo. Los antiguos partidos vieron grietas en su torre de marfil y comenzaron a temer que las cosas se desmoronasen. Sí, ganó el PP pero jamás pensé que vería a Rita Barberá o Esperanza Aguirre asustadas. Y lo estaban.

Pero después en estas últimas semanas lo que hemos visto es el circo de siempre, pactos. Y lo más triste de todo es que pactos que han sido pactos que involucraban a estas nuevas formaciones con la mafia de siempre. Lo que hemos visto pues es una continuación con el sistema. Ni una ruptura, ni un cambio, ni nada. Seguir igual. Y lo más triste es que nosotros, los ciudadanos, los votantes, nos lo hemos tomado como la opción más lógica, porque es así como son las cosas, porque un gobierno en mayoría simple es una cosa que no se concibe.

Llegados a este punto me parece importante señalar lo que DEBERÍA SER (en ese mundo ideal e hipotético que nunca reflejará la realidad aparentemente) un político. Un político debería ser un servidor público. Alguien, que en plenas facultades mentales, decide involucrarse activamente en los quehaceres de su comunidad. De forma altruista y porque lo concibe como su deber como ciudadano. Alguien que quiere cambiar las cosas a mejor y que va a hacer todo lo posible porque sus vecinos tengan un gobierno más justo que vele por ellos. Idealmente un político debería parecerse a esa gente que se va a construir hospitales a áfrica o esa señora mayor que vive encima tuyo que todas las semanas va un día al comedor social de voluntaria. Alguien sin ánimo de fama y fortuna cuya responsabilidad civil es tan fuerte que le fuerza a dedicarse a ello.

Sin embargo y tristemente la realidad y lo que ES un político, o al menos lo que nosotros aceptamos como políticos hoy en día, dista mucho de ser eso. Los partidos políticos son sectas que captan jóvenes a sus miembros y los re-educan para ser fanáticos de su partido. Las ideas del partido son sagradas (aunque en muchas ocasiones sean contradictorias) y se basan en un principio básico de contradecir a la oposición. Si unos dicen Blanco los otros dirán Negro, y si al mes los primeros deciden que sí que Negro los segundos dirán entonces que Blanco está bien. De hecho, es tan así que en España, si a alguien de un partido se le ocurre decir que lo de los otros está bien ¡Se le multa! Poco importa lo que la ciudadanía piense o sienta, lo que importa es el partido. Así pues, la clase política en España no es más que un grupo de sectarios que creen que Altruismo era un personaje de El Señor de Los Anillos, y que están mucho más obsesionados con conservar el poder, los privilegios e imponer su ideología que de ti y de mi. Esto se evidencia sobre todo cuando, como ahora, ocurre que un partido gana en mayoría simple y no absoluta. Las sectas que se presentaron a las elecciones se apresuran a pactar y negociar condiciones, porque la idea de un gobierno con una mayoría simple no se concibe. La idea detrás de esta actitud, porque además de sectarios son unos paranoides, es que un gobierno con mayoría simple jamás será capaz de alcanzar ningún objetivo, pues en las votaciones el resto de partidos siempre se posicionará en su contra. Así que la opción que les queda, en un país en el que no existe la segunda vuelta, es negociar condiciones, es rascar la espalda a su enemigo con la esperanza que, llegado el momento ellos la rasquen de vuelta.

Aceptamos que estas cosas SON ASÍ. Porque han sido así siempre. Aceptamos estar gobernados por una casta de sectarios paranoicos, egocéntricos portadores de la verdad absoluta, porque la alternativa, que sería una clase política en la que partidos diferentes podrían llegar a escucharse y ponerse de acuerdo en lo que es mejor para la ciudadanía nos parece descabellada. Sí, a todos nos gustaría que las cosas fueran así, en un mundo ideal es como DEBERÍAN SER las cosas, pero no vivimos en un mundo ideal, y teniendo en cuenta eso, que los dos únicos partidos políticos con fuerza para cambiar las cosas de una vez decidan ceder, traicionar sus bases y pactar con el diablo a la primera de cambio nos parece lógico y nos parece correcto. Lo aceptamos como "el bien común" en casi todos los casos. Porque Andalucía no podía seguir sin gobierno, porque estamos echando al PP del ayuntamiento de Madrid, porque siempre hay un motivo para ello y la alternativa no es viable.

Lo aceptamos.

Se lo permitimos.

Porque las cosas SON de una manera y nunca van a ser como DEBERÍAN SER.

¿Soy al único al que le pone triste eso?






Insisto, es una elección. Y para mi desde ahora el No les votes incluye a Ciudadanos y a Podemos.
-¿Cómo puede ser esto por el bien común? 
-¡EL BIEN COMÚN! 
-¡A callar!

Nunca creí que vería a una alcaldesa en Barcelona que hubiese sido detenida por luchar por los derechos civiles en lugar de contra ellos. Nunca creí que vería el feudo valenciano peligrar, o a la mismísma Esperanza Aguirre asustada de unos novatos. Nunca pensé que el cambio se pudiese palpar también en las urnas, que la sociedad española fuese a dar muestras, papeleta en mano, de estar harta. Pero eso terminó pasando el domingo, sí, ganaron los de siempre, pero las nuevas formaciones dieron un golpe encima de la mesa, ganasen o no habían irrumpido con mucha fuerza. Y me encanta. Al final parece que se puede. Al final parece que la gente está dispuesta. No hay que perder la esperanza todavía.

Quiero pensar que estamos en un momento histórico. Que nuestros hijos estudiarán en la clase de historia los inicios de esta década como una segunda transición española. Del 15-M a las elecciones de 2015 o como de pronto los ciudadanos parecieron hartarse de una clase política podrida y respondieron a ello con su voto, quebrando el bipartidismo, apostando por la alternativa.

Pero los analistas son más agoreros. Se habla mucho de pactos. Se dice que en Madrid los de Ahora Madrid pactarán con el PSOE para echar a Espe y a los Populares del ayuntamiento de una vez. Y la verdad, espero que los analistas se equivoquen. Espero que no lo hagan. Porque hacerlo es pactar con la casta. Pactar con cualquiera de los dos partidos que han partido el bacalao hasta ahora, y hacerlo tan rápido, es tirar por tierra todo por lo que se ha luchado. Es pasarse por el forro de los cojones la opinión de tus votantes.

No pactéis. Por favor. Os prefiero en la oposición con principios que en el poder habiendo puesto el culo.

Eso es lo que hacen ellos, no vosotros.

El cuarto poder

Ayer se aprobó en el Senado la Ley de Seguridad Ciudadana, también conocida como Ley Mordaza. Como en el Congreso de los imputados, se aprobó gracias a la mayoría de la que goza el Partido Popular, y aunque por estar en año de campaña la ley se había suavizado y se habían retirado muchos de los aspectos más polémicos de la misma, seguía (sigue) siendo una ley que atenta contra la presunción de inocencia y genera un estado policial en el que todos somos culpables hasta que seamos capaces de demostrar lo contrario.

No voy a volver a hablar de la ley de todos modos. Sigo pensando (y al parecer soy el único) que es una de las cosas más escandalosas, si no la que más, que ha hecho el gobierno de Mariano Rajoy en estos cuatro años. Sigo pensando que es una ley que nos afecta a todos y que deberíamos echarnos a la calle hoy a quemar la ciudad en señal de protesta. Sigo creyendo que esto evidencia una vez más los problemas de la mayoría absoluta en España, un estilo de gobierno que convierte la democracia en dictadura durante cuatro años, y una vez más siento rabia e impotencia si hago memoria y recuerdo que de tener otra ley electoral, una justa de verdad en la que un ciudadano equivaliese a un voto, no lo tendríamos, y, por tanto, es poco probable (o quiero pensar que es poco probable) que esto hubiese pasado otra vez.

Pero no quiero hablar de eso. Porque con la gente que estoy realmente enfadado hoy es con los periodistas. 

En mi opinión (y puede que esté equivocado viendo lo que ha pasado) es el deber del cuarto poder el informar a los ciudadanos de este tipo de cosas. No voy a decir que sea su deber alentar a la revuelta o la protesta, pero sí la de mantener, o al menos intentarlo, a la población enterada. Para eso existe, creo, el cuarto poder, para que más allá de los sucesos que hayan ocurrido, de los Bretones, los accidentes y el calor que haga en verano, cuenten a la población que su gobierno roba si lo hace, que sus políticos son criminales si lo son o, como en este caso, que el gobierno está aprobando en solitario leyes que atentan contra los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

Sin embargo la cobertura que se ha hecho de la ley mordaza evidencia un poco más el bajo nivel al que se juega en los grandes medios de comunicación. Cuando dicha norma se aprobó en el Congreso y, entonces sí, los periodicos decidieron informar del asunto, todos se centraron en la anécdota. En cuanto nos iban a cobrar por protestar, y no en que nos iban a cobrar por protestar. El problema no era que, por una sentada, te pudiesen caer 6000 euros o los que fuera, el problema era "que te cayese dinero". Era que convertíamos lo que antes eran delitos en multas de tráfico. Era que la conocida como Ley de Seguridad Ciudadana, cambiaba tu estatus de inocente a culpable y eras tú ahora, recurriendo ante un tribunal, el que debías demostrar que tus actitudes no merecían la multa. Aunque las multas fuesen de cincuenta céntimos esto sería igual de escandaloso.

Pero la prensa prefirió quedarse en eso. Porque como tantas otras veces, las putas que escriben en los periódicos de este país dieron al pueblo lo que los borregos pedían en lugar de lo que debían darles. A la gente (porque "la gente" como masa, es tonta) le importa el detalle y la anécdota, pero tu deberías informarle del problema. Informar ayuda a que la masa deje de ser masa y empiecen a ser individuos. Al menos es como yo lo veo.


Esta vez de todos modos la cosa ha sido más escandalosa aún y ni siquiera se ha informado de que esto estaba pasando. No encontraréis en ninguno de los grandes medios escritos de este país ni una nota acerca de la aprobación en el senado de la dichosa ley. En su lugar encontraréis noticias sobre el culebrón electoral y los tejemanejes de los partidos de cara a las dos votaciones de este año, o noticias sobre la historia de la semana, el dramático caso de la soldado Zaida, caso que, aunque me parece un escándalo, no deja de ser puramente anecdótico. No digo que no se deba informar sobre el tema, digo que me parece más básico e importante informar a la población de como su gobierno le odia que de como una de las instituciones que menos afecta a la vida de los ciudadanos (el ejercito) resulta que es un nido de ratas y machistas. Pero es la noticia de la semana porque Salvados le dedicó un programa a la soldado y de pronto #TodosSomosZaida. En fin. Que país.



En serio, me habéis decepcionado, periodistas. Ya sabía que erais putas de antes, y no me voy a hacer el sorprendido como si no supiese de antes que el cuarto poder es una farsa en este país, pero lo de ahora, en serio, me ha tocado la fibra sensible. La Ley de Seguridad Ciudadana debería haber acaparado portadas desde que se aprobó en el Congreso. Deberíais haber dedicado todos estos meses una mini sección para convertirlo en lo único de lo que hablen los ciudadanos de este país, porque, en serio, es una ley que (potencialmente) nos criminaliza a TODOS. Pero no.

Claro que no.

Que asco todo.

Hace cuatro años

Creo que es justo considerar aquel 2011 como el año en el que las cosas empezaron a cambiar. El 15-M nos llenó de esperanza y nos demostró que había mucha gente que aún creía que las cosas podían ser de otra manera. Aún recuerdo cuando la persona con la que estaba entonces prácticamente me obligó a ir de resaca a la manifestación porque me dijo que se iba a liar una gorda y mi sorpresa al ver que tenía razón, que aquella convocatoria online era lo más masivo en lo que había estado.

En serio, aquel 15-M, y todo el tiempo que duró el poblado en Sol, fue un tiempo mágico en el que parecía que las cosas podían ser mejor.

Hace cuatro años la derecha sin embargo triunfó en las elecciones. Dos veces. Pero era normal, el movimiento empezó tarde y no se puede cambiar las ideas de la gente de la noche a la mañana.

Curiosamente por aquel entonces el movimiento se consideraba a si mismo apolítico. No tenían afiliación alguna con ningún partido, a pesar de los esfuerzos de muchos por apoderarse del mismo (te estoy mirando a ti, Izquierda Unida), de hecho, hace cuatro años en una de las asambleas contemplé como los participantes abucheaban a un tipo que se subió a sugerir que de aquella fuerza era necesario que surgiese un partido político que focalizase y legitimase las ideas del movimiento.

Se le abucheo. Ojo. En ese punto estábamos hace cuatro años.

Por aquel entonces yo también creía que lo que hacía falta era un líder que centrase al movimiento. No soy muy partidario de los líderes en general, pero si que creía necesario que el movimiento dejase de estar tan desperdigado. Lo peor que surgió del 15-M y el poblado (y que en el fondo creo que es mi mayor problema con la izquierda de este país) es que todas las ideologías eran bienvenidas y todas las quejas eran escuchadas. Lo que había empezado como un movimiento para mejorar el sistema democrático derivó en muy poco tiempo en un pequeño campamento en el que se podía protestar por absolutamente todo. Desde los derechos de la mujer hasta los derechos de los habitantes del Sahara (coincidió en el tiempo con el boom que hubo en Madrid por los derechos Saharahuis -¿Qué fue de aquello por cierto? ¿Siguen luchando?). Aquello era un caos ideológico, un batiburrillo de buenas ideas que no llevaba a ninguna parte, y que en el fondo fueron lo que provocó que nunca terminase de entrar en el tema y mi implicación fuese de espectador solamente.

Así que yo, persona que se considera anarquista, vi la necesidad de un líder que dirigiese los esfuerzos del movimiento. Casi me da vergüenza escribir esto.




En fin, cuatro años después aquí estamos. Sol hoy está lleno de gente indignada de nuevo. Mucha más que hace cuatro años, pero esta vez convocados por una organización política con un líder carismático al frente. Y yo no he ido esta vez precisamente por eso. Me alegra ver a tanta gente y me emociona. Me trae el recuerdo de lo que sentí aquel domingo de Mayo y se me ponen los pelos de punta otra vez. Pero luego veo tanto morado y... y no puedo, lo siento. 

Podemos eran necesarios.

Pero que entienda que eran necesarios no implica que me gusten o que me tenga que fiar de ellos.

Hay que ser positivo de todos modos, ánimo a todos los que estáis hoy en la plaza, me habéis conseguido emocionar. Me habéis devuelto la ilusión en el cambio como me la devolvió aquel domingo hace cuatro años.

Terroristas. Y ya.

Hoy unos locos armados han matado a unos dibujantes de una revista francesa que se había reído del líder de su religión. Han dicho que era un atentado de terrorismo religioso y de "radicales musulmanes" pero yo creo que han sido solo unos putos locos y unos subnormales (y un poco hijos de puta).

Hay que eliminar la parte de "islámico" de "Terrorismo islámico". Es lo mismo que pasaba con ETA, no había que decir "terrorismo vasco" porque llamándolos así parece que les estás dando representación sobre la lucha vasca, los estabas metiendo en el mismo saco que al resto de nacionalistas, lo que fomentaba la ignorancia en el resto del estado y derivaba a afirmaciones de la parte más rancia del país como "todos los vascos son terroristas" o "ser nacionalista es ser de la ETA". Y esto es así, esto es lo que ha pasado en este país, y lo sé porque, como vasco que vivió en Madrid mucho tiempo, comprobé que con mucho cretino fachorro, con decirle que "eras vasco" ya parecías darle a entender que eras un puto loco que a lo mejor le calzabas una hostia. Y de la misma manera he sido tratado con desprecio por ese mismo sector ultra derechista por decir que era de Euskadi. Eso por no hablar de lo complicado que resulta ahora comenzar un auténtico proceso de paz porque una parte muy importante de los españoles sigue pensando que Bildu en euskera significa ETA

Y con el tema del "terrorismo islámico" pasa un poco igual, luego la gente se cree que todos los musulmanes matan, o son unos putos locos que van por ahí suicidándose con chalecos bomba, o que esa gente que lo hace son representantes de algún modo de una religión. Y esa misma gente es la que empieza a dividir las religiones entre buenas y malas como si no existiesen radicalismos en todas ellas y no en todas se matase en nombre de Dios. Y en todas se hace, lo siento.

Y a los Cristianos que leáis esto y penséis que no, que vuestra religión ya no tiene poder político de ningún tipo y que no tiene radicales que se dedican a pegar tiros por ahí... pensad en EEUU. EEUU es un país que no solo está plagado (plagado igual no, plagado parece una palabra muy grande) de radicales cristianos armados hasta los dientes, si no que sus políticos terminan todos sus discursos con un "Dios bendiga américa". Y lo mismo cuando visitan a las tropas que están invadiendo territorios supuestamente enemigos, llevando la supuesta democracia allí por donde pasan, cuando se habla de ellos se termina con un "Dios bendiga a las tropas y al ejercito".

Dios.

Dios como en el Dios al que rezas el padrenuestro.

Y sí, se que lo que estás pensando, que EEUU no es representativo de tu iglesia, que esa es una frase hecha y que no implica que el Cristianismo mate. Pero tampoco implica que el islamismo mate que cuatro subnormales se líen a tiros en la redacción de una revista a grito de "Alá es grande".

Por eso hay que dejar de llamar a esta gente "Terroristas islámicos". O eso o empezamos a llamar a las tropas americanas "Ejercito cristianas", o a gente como Anders Breivik "Terrorista cristiano". Digo yo, vamos.




Hay que separar, porque si no se da demasiado crédito a los asesinos y los hijos de puta del mundo. Y no.