El cuarto poder

Ayer se aprobó en el Senado la Ley de Seguridad Ciudadana, también conocida como Ley Mordaza. Como en el Congreso de los imputados, se aprobó gracias a la mayoría de la que goza el Partido Popular, y aunque por estar en año de campaña la ley se había suavizado y se habían retirado muchos de los aspectos más polémicos de la misma, seguía (sigue) siendo una ley que atenta contra la presunción de inocencia y genera un estado policial en el que todos somos culpables hasta que seamos capaces de demostrar lo contrario.

No voy a volver a hablar de la ley de todos modos. Sigo pensando (y al parecer soy el único) que es una de las cosas más escandalosas, si no la que más, que ha hecho el gobierno de Mariano Rajoy en estos cuatro años. Sigo pensando que es una ley que nos afecta a todos y que deberíamos echarnos a la calle hoy a quemar la ciudad en señal de protesta. Sigo creyendo que esto evidencia una vez más los problemas de la mayoría absoluta en España, un estilo de gobierno que convierte la democracia en dictadura durante cuatro años, y una vez más siento rabia e impotencia si hago memoria y recuerdo que de tener otra ley electoral, una justa de verdad en la que un ciudadano equivaliese a un voto, no lo tendríamos, y, por tanto, es poco probable (o quiero pensar que es poco probable) que esto hubiese pasado otra vez.

Pero no quiero hablar de eso. Porque con la gente que estoy realmente enfadado hoy es con los periodistas. 

En mi opinión (y puede que esté equivocado viendo lo que ha pasado) es el deber del cuarto poder el informar a los ciudadanos de este tipo de cosas. No voy a decir que sea su deber alentar a la revuelta o la protesta, pero sí la de mantener, o al menos intentarlo, a la población enterada. Para eso existe, creo, el cuarto poder, para que más allá de los sucesos que hayan ocurrido, de los Bretones, los accidentes y el calor que haga en verano, cuenten a la población que su gobierno roba si lo hace, que sus políticos son criminales si lo son o, como en este caso, que el gobierno está aprobando en solitario leyes que atentan contra los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

Sin embargo la cobertura que se ha hecho de la ley mordaza evidencia un poco más el bajo nivel al que se juega en los grandes medios de comunicación. Cuando dicha norma se aprobó en el Congreso y, entonces sí, los periodicos decidieron informar del asunto, todos se centraron en la anécdota. En cuanto nos iban a cobrar por protestar, y no en que nos iban a cobrar por protestar. El problema no era que, por una sentada, te pudiesen caer 6000 euros o los que fuera, el problema era "que te cayese dinero". Era que convertíamos lo que antes eran delitos en multas de tráfico. Era que la conocida como Ley de Seguridad Ciudadana, cambiaba tu estatus de inocente a culpable y eras tú ahora, recurriendo ante un tribunal, el que debías demostrar que tus actitudes no merecían la multa. Aunque las multas fuesen de cincuenta céntimos esto sería igual de escandaloso.

Pero la prensa prefirió quedarse en eso. Porque como tantas otras veces, las putas que escriben en los periódicos de este país dieron al pueblo lo que los borregos pedían en lugar de lo que debían darles. A la gente (porque "la gente" como masa, es tonta) le importa el detalle y la anécdota, pero tu deberías informarle del problema. Informar ayuda a que la masa deje de ser masa y empiecen a ser individuos. Al menos es como yo lo veo.


Esta vez de todos modos la cosa ha sido más escandalosa aún y ni siquiera se ha informado de que esto estaba pasando. No encontraréis en ninguno de los grandes medios escritos de este país ni una nota acerca de la aprobación en el senado de la dichosa ley. En su lugar encontraréis noticias sobre el culebrón electoral y los tejemanejes de los partidos de cara a las dos votaciones de este año, o noticias sobre la historia de la semana, el dramático caso de la soldado Zaida, caso que, aunque me parece un escándalo, no deja de ser puramente anecdótico. No digo que no se deba informar sobre el tema, digo que me parece más básico e importante informar a la población de como su gobierno le odia que de como una de las instituciones que menos afecta a la vida de los ciudadanos (el ejercito) resulta que es un nido de ratas y machistas. Pero es la noticia de la semana porque Salvados le dedicó un programa a la soldado y de pronto #TodosSomosZaida. En fin. Que país.



En serio, me habéis decepcionado, periodistas. Ya sabía que erais putas de antes, y no me voy a hacer el sorprendido como si no supiese de antes que el cuarto poder es una farsa en este país, pero lo de ahora, en serio, me ha tocado la fibra sensible. La Ley de Seguridad Ciudadana debería haber acaparado portadas desde que se aprobó en el Congreso. Deberíais haber dedicado todos estos meses una mini sección para convertirlo en lo único de lo que hablen los ciudadanos de este país, porque, en serio, es una ley que (potencialmente) nos criminaliza a TODOS. Pero no.

Claro que no.

Que asco todo.