Odio a la humanidad. No al individuo, el ser humano, individualmente, me parece maravilloso. Un ser magnifico capaz de hacer cualquier cosa. Sin embargo la humanidad, como el colectivo de seres humanos que pulula por el mundo unidos, que crea gobiernos y establece normas sociales, me parece idiota. Y el motivo es bien sencillo, desde antes de que yo naciese, el mundo ha sido dirigido por incompetentes, la gestión del mundo ha sido pésima, y la culpa de esto fue enteramente nuestra. Fuimos nosotros los que toleramos que nos dirigiesen incompetentes. Fuimos nosotros los que no gritamos "¡Basta!" cuando se tomaban medidas que no nos beneficiaban, cuando coartaban nuestras libertades, cuando nos pasaban nuevos grilletes a los que atarnos. Fue la humanidad la que permitió que los payasos se colocasen de jefes de pista mientras nosotros nos apartábamos a una esquina, muy lejos de los focos.

Y lo que es aún peor, ya que al fin y al cabo una mala elección puede tenerla cualquiera, es que cuando se nos brindó la oportunidad de salir a escena, de aparecer delante del foco y retirar a los payasos, de tomar el puesto que nunca jamás debimos regalarle a nadie... volvimos a elegir que fuesen otros los que nos condujesen por el camino correcto. Elegimos de nuevo a los gatos. Gatos de un color distinto, pero gatos al fin y al cabo.

Llevamos desde siempre así. Cuando yo llegué al mundo ya estaban las cosas así. Sin querer tomar decisiones, sin querer involucrarnos. Un voto cada cuatro años y que luego se ocupen otros. Y así nos va, con una clase política que es una nueva (y mucho más alta) clase social, una clase social que juega a ser Dios con la vida del resto, lo que debería ser un servicio para la comunidad se ha convertido en ombliguismo porque simplemente no tenemos cojones para afrontar lo que hace años debíamos haber afrontado.

Que somos nosotros, los individuos, los únicos con verdadero derecho para dirigir el circo.

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