Tomar cañas.

Algo tan simple. Algo tan fantástico. Algo de lo que uno nunca se cansa.

Es una mierda que aquí no pongan tapa. Incluso cuando es un trozo de pan duro con un poco de embutido seco se agradece que te pongan algo de comer, no por comer, si no porque acompaña. Es como fumar. Soy fumador (más o menos habitual, últimamente mi economía no acompaña mucho a mis vicios -a ninguno de ellos) y los mejores cigarrillos se fuman mientras uno está bebiendo.

No hay comentarios: