Busquémosle el punto a todo esto. Un motivo, algo verdaderamente bueno que haga que todo lo de más cobre sentido. ¿Para que estamos aquí? Creo que esa es una pregunta mucho más difícil que aquella de "quienes somos" o "de donde venimos", lo más complicado, ya que estamos aquí, es saber para que coño estamos aquí. ¿Que hacemos en el planeta tierra?

Si uno mirase un poco a lo largo de la historia solo concluiría en que hemos venido a matarnos y a odiarnos mutuamente, siempre ocurrirá lo mismo, siempre habrá gente odiando a otra gente, personas disparando sobre personas. A gran y a pequeña escala el ser humano es un animal despreciable capaz de exterminar a los que son de su misma especie por cosas tan nimias como el color de la piel o la ideología de cada uno. Lo vemos cada día. Si solo visitásemos el planeta durante unas semanas y nos fijásemos en los telediarios, los libros de historia, y, en general, casi toda la documentación que existe sobre la raza humana, llegaríamos a la conclusión de que somos un virus nacido con el único propósito de destruir.

Pero uno no viene al planeta de visita, vive años aquí y de pronto encuentra la otra cara de la moneda, el yang del terrible ying que es la naturaleza humana.

De pronto uno encuentra el amor.

El amor es la antítesis de todo lo malo de lo que he hablado anteriormente. El amor hace que nos respetemos los unos a los otros sin importar el sexo, la raza o las ideologías, convierte a los enemigos en amigos (más bien en amantes) y no destruye vidas, todo lo contrario, el amor crea vidas. Sin embargo, si uno ha estado alguna vez en una relación amorosa sabe que no todo es un camino de rosas, no todo es amor incondicional, sin roces, perfecto, único. Esa mierda no existe. Y el amor en muchas ocasiones desencadena en dolor y perdida, desencadena en la destrucción más absoluta del individuo, que sigue viviendo como una carcasa vacía, sin corazón, incapaz de sentir nada más.

Todos hemos pasado por eso.

Sin embargo creo que el punto de la existencia humana no está en el amor, ni está en nuestra capacidad innata para la destrucción. Creo que hace años, siglos, nos olvidamos del punto, del verdadero motivo por el que estamos aquí. Las normas sociales, los compromisos, la moral, son parte de las trabas que nos pusimos para olvidar el verdadero motivo de la vida en este planeta, la efímera existencia del ser humano solo debería tener un objetivo: DISFRUTAR.

Hace unos días hablaba con un amigo mucho más listo que yo de nuestros objetivos vitales, del futuro y nuestra vida. Yo le dije que mi incompetencia para el trabajo y el compromiso se ha debido siempre (en parte) a que no me dedicaba a lo que me gusta y que por eso siempre he luchado por terminar trabajando en algo que verdaderamente me motive, que para mi, hacer lo que te gusta, aunque tu nivel de vida sea peor, hace que todo merece la pena. El me dijo que en su caso es todo lo contrario. Que a él por supuesto que le gusta su carrera y por supuesto que quiere dedicarse a lo que se va a dedicar pero que lo suyo no es vocacional y nunca ha tenido la intención de que lo sea, para él, el trabajo no es más que un medio, un medio para tener una vida personal satisfactoria.

Cuanto más pienso en lo que me dijo mi amigo más pienso en la razón que tiene. Siempre pensé que aquel que escogía un trabajo no vocacional, que lo escogía tan solo como un medio de hacer dinero, era un esclavo del sistema. Que los más libres eramos los que escogimos trabajar (o intentarlo) en algo que nos gustaba. Tal vez he estado equivocado (en parte, sigo pensando que uno debería estar satisfecho con lo que hace y que eso solo puede alcanzarse en algo vocacional) toda mi vida y tal vez la satisfacción en la vida personal compense el sacrificio.

No se... puede que no sea más que una cuestión de opciones. El mundo que nos han dado estaba podrido de mucho antes, tal vez solo dependa de como elijamos vivir en el infierno. Tal vez el sentido de nuestra existencia sea solo eso.

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