Se rifa alcaldía.

En Madrid han hecho una rifa un tanto particular, la de alcaldía, y le ha tocado a Ana Botella, conocida por ser la mujer del ex presidente Aznar.

No es la primera vez que pasa, ni sera la última, que gobierne una nueva alcaldesa (o alcalde), no electa y que llega de rebote porque al anterior, ese al que le eligieron los votantes, le ha surgido algo. Nuestro sistema democrático, que está muy lejos de ser algo perfecto (incluso, porque no, de ser algo decente) se pone en evidencia one more time. Porque no importa lo que votes, que el partido elegirá al que le salga de los cojones, de hecho, la alcaldía de Ana Botella hubiese sido igual de legal y legitima que la de un mono vestido de botones.

Sin embargo, y porque creo que en realidad, siendo todos un poco sinceros, la mujer de Aznar hubiese salido elegida de todos modos (que estamos hablando de Madrid, una comunidad autónoma que sigue manteniendo a Esperanza Aguirre de presidenta -y yo que me alegro, Espe es un descojono) creo que el problema más grave no es todo el rollo de las listas cerradas, que los candidatos sean elegidos a dedo dentro del propio partido y que uno no vote a personas, eso es grave, es un error del sistema, y habría que cambiarlo, pero me parece mucho peor la actitud del señor Gallardón, que recién renovado en la alcaldía, ha puesto pies en polvorosa a la mínima oportunidad.

Me importa una mierda que ahora vaya a ser ministro de Justicia, que eso, a nivel de politiqueo, es un ascenso en toda regla, porque Alberto tenía ciertas responsabilidades con el pueblo de Madrid. Todos los políticos (electos) tienen esas responsabilidades con sus electores, ellos te pusieron ahí, y tu estas cumpliendo un servicio hacia ellos. Que se marche a los siete meses porque "le ha surgido una cosa mejor" demuestra el sentido del deber que tiene la clase política actual, que mira antes por su propio ombligo que por el del resto del pueblo.

No hay comentarios: