Lo que más me ha sorprendido de Fahrenheit 451 es que dentro de la exageración, el personaje de la mujer (una imbécil sin ningún interés por nada) no me pareció mucho más cretina que gente que conozco.

Una yonki de la telebasura y las drogas... Yo conozco a gente así. Y tampoco leen libros. Y también son mayoría. Igual Ray Bradbury exageró las cosas, pero la verdad es que tampoco andaba desencaminado.

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