No soy muy dado a escribir cosas sobre famosos muertos en el blog. Si, da pena cuando se muere alguien que te gustaba y eso, pero seamos completamente sinceros, en realidad más allá del "joder, se ha muerto...." no nos importa mucho. Sin embargo quiero hacer una excepción con Miliki, porque con este señor tengo una anécdota curiosa, una anécdota en la que mi vida peligró durante unos instantes muy tensos y que hoy, que ha muerto, me parece apropiado contar.

Cuando era niño tenía asma. No un asma terrible, pero si que me daban ataques de vez en cuando lo que sumado a que siempre tenía la nariz llena de mocos hacía que a veces lo de respirar fuese muy jodido. De hecho creo que el asma que tenía de pequeño es el motivo por el que ahora mismo no me gusta el deporte, porque cada vez que lo practicaba terminaba asfixiado y sintiéndome fatal. Eso sumado a que era un niño más bien torpe y lo mío era más pensar en mis cosas y tal... pues terminó consiguiendo que desarrollase aversión por el ejercicio. Pero bueno, que no me quiero desviar del tema, porque lo único importante en esta historia es que sepáis que tengo asma.

El caso es que vino a Bilbao el circo en el que trabajaba Miliki con Rita. Y mi hermano mayor, que es de la generación que se crió con los payasos de la tele, convenció a mi madre para que nos llevase, a mi, a él (es una persona que me saca 14 años así que calculo que ahí tendría unos 18-19, pero le hacía especial ilusión ver a uno de sus ídolos de infancia) y a mi hermana creo. Yo iba con las expectativas muy altas porque lo poco que conocía de Miliki era un programa que tuvo un tiempo cuando yo era pequeño, uno que salía con Rita Irasema, no se, pero mi hermano mayor se las había apañado para crearme gran expectación.

Así que allí estábamos cuando salió Miliki. Si alguien ha visto alguna vez a Miliki, y no tiene fobia a los payasos o al humor blanco, sabrá que Emilio Aragón era un ARTISTA con mayúsculas, ser payaso y no parecer idiota o dar vergüenza ajena es algo muy complicado y este hombre era de los pocos que era capaz de entretener a los niños sin quedar cómo un retrasado o tratar a los niños cómo si fuesen tontos. El hombre sabía. Mucho. Cuando se tiene talento y se está sobre un escenario demostrando el talento que se tiene, se nota. Da igual si te gusta o no lo que esa persona vaya a hacer, que si es buena de verdad te darás cuenta. Y eso era Miliki, o al menos esa es la imagen que tengo yo de Miliki. La de un señor mayor que salió con Rita Irasema a hacer un número cómico acerca de un piano, con los típicos equívocos y tonterías que hacen todos los payasos del mundo, pero con el que no podías parar de reír.

Nada más empezar el número a mi me entró un ataque de risa. Fue casi automático, y eso que nunca he sido muy de payasos. El caso es que la risa incontrolable me coincidió con un ataque de asma y una nariz taponada por mocos.

Así que ahí estaba Miliki, haciendo un número con un piano, y yo mientras en la grada, sin poder parar de reírme y luchando por respirar. Y el seguía con su número, soltando chorradas cómo una ametralladora, y yo seguía riéndome cómo un loco y cuanto más reía más me asfixiaba. Y mi madre se ponía nerviosa, y el Señor Aragón continuaba su actuación y yo luchaba por mi vida.

Al final mi organismo no pudo más y entre las toses y la asfixia terminé vomitando.

Miliki me hizo vomitar de risa.

Nadie ha vuelto a conseguir eso.

No hay comentarios: