La crisis de ideas que ha arrasado Hollywood (no tanto) esta última década provocó, hace muchos años ya, que la televisión acortase las distancias con su hermano mayor, no solo por tener ideas más frescas y arriesgadas, que en el fondo siempre ha habido contadas excepciones que ya dejaban claro por donde había que tirar en televisión, si no porque a nivel de calidad las cosas ya están casi parejas.

El último y definitivo exponente, que no solo posiciona a la televisión a la par del cine en todos los aspectos, si no que también los supera en muchos, es Breaking Bad, que semana a semana va construyendo un poco más lejos el techo de la calidad televisiva.

Si sois aficionados a las series y todavía no veis Breaking Bad no se que coño estáis haciendo con vuestras vidas. Si no sois muy de series pero sabéis distinguir una mierda del oro puro, es un buen momento para engancharos a algo así. Y es que el descenso a los infiernos del mundo de la droga de Walter White ha derivado en cuatro temporadas a un entramado criminal en la que uno ya no sabe que cojones esperarse. Semana a semana sus guiones te dejan con el culo torcido, y no importa lo que esperes cada vez, siempre encontrarán el giro argumental que te destruya un poco.

Decadente, cruda, visceral y con los mejores personajes que ha visto la televisión en años (y, por que no, en toda la historia) el periplo de Heisenberg se está acercando al final de la penúltima temporada dejándonos en cada capitulo el corazón en un puño. Los que hacen la serie no parecen tener ningún miedo a nada y semana a semana, capitulo a capitulo, van distanciándose un poco más de cualquier otra cosa que haya en cine o en televisión hoy día. Llegan al cielo y piensan "oye, porque no intentamos ir un poco más lejos" y a la semana siguiente lo hacen de nuevo. El problema de las series (y en menor medida también de las películas) siempre ha sido mantener el interés del espectador. Grandes ideas se han visto perjudicadas por ser estiradas como un chicle, y cuando eso no ocurría, las distintas temporadas siempre eran irregulares en cuanto a calidad. Breaking Bad tumba todos esos esquemas de un plumazo y sigue en constante ascendencia temporada a temporada. Cuando nadie creyó que la tercera pudiese ser superada, la serie nos regaló este año "Hermanos" y cuando eso pareció el definitivo, una semana después nos regaló "Bug", "Salud" y el capitulo de esta semana (no me acuerdo el nombre).

Breaking Bad no es una serie de fácil acceso, ninguna obra de culto como ella (y no son tantos los ejemplos) lo es. Es una serie (o era, este año no ha sido ni por asomo así) pausada en la que nunca parece estar pasando nada, una historia de personajes más que de acción, y eso puede echar para atrás a muchos. Pero lo cierto es que cuando quiere, Breaking Bad es más tensa que el mejor thriller, cuando se pone a ello da más miedo que la mejor peli de terror y si le tocan mucho los cojones se casca una escena de acción que deja en bragas a todas las películas de genero de los últimos diez años. Es dramática y dura, es divertida y graciosa y es tensa como ninguna. Todo eso es Breaking Bad.

Pero no quiero hablar más de ello. En serio, si os gustan las series estáis desperdiciando vuestra vida sin ver Breaking Bad. Porque no hay nada mejor ahora, ni en televisión, ni en cine, ni en ningún otro sitio, que las aventuras de Walter White y Jesse Pinckman.

1 comentario:

Bosco dijo...

GRAN-DE

Y no tengo nada más que añadir