No es muy demócrata.

Dije hasta luego y no me he ido, no dice mucho eso de mi credibilidad. Me justificaría diciendo que fue saber que no tenía un sitio donde escribir si tenía ganas para empezar a tener ganas de escribir, pero sabéis que, que os jodan, es mi blog y hago lo que me da la gana, si quiero ser demagogo soy demagogo, si quiero ser sensacionalista soy sensacionalista y si quiero ser bipolar y contradictorio... pues seré bipolar y contradictorio.
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Se acercan (más o menos) las elecciones en el país vasco y después del susto del alcalde Donostiarra de Bildu las posibilidades de un Lehendakari de Amaiur o Bildu son cada vez mayores. La idea de un nacionalista radical en el trono de hierro de Ajuria Enea es algo que produce urticaria a los sectores más españolistas del gobierno y algo que hay que evitar a cualquier precio, así que una vez descartada la posibilidad de, una vez más, ilegalizar Bildu (Bildu es cómo Satanás, que tiene muchos nombres pero siempre es el mismo) toca jugar la carta de los exiliados vascos.

No creo que necesite explicar lo que son los exiliados vascos, no creo que necesite decir que son aquellas personas que cuando ETA andaba por ahí pegando tiros huyeron al sur en busca de salvar la vida. Si mis opciones fuesen marcharme o morir yo también elegiría lo primero. El tema de los exiliados es uno de tantos dramas surgidos del "conflicto vasco" y a consecuencia del mismo cientos de vascos se encuentran instalados en otras comunidades autónomas. Hacen vida allí. Algunos llevan más de diez años sin pisar esta comunidad y todo.

No voy a desmerecer el drama que supone que tengas que dejar tu hogar bajo amenaza, porque lo es, es un drama, es una tragedia y es algo que (de nuevo, como tantas otras mierdas provocadas por ETA) no debería haber pasado jamás, pero del mismo modo que pienso eso, también creo que dejar votar a los exiliados vascos en las elecciones (estando ellos empadronados en otras) es un gesto que tiene de democrático lo que yo de Papa de Roma. Para empezar porque esa gente ya no vive en el País Vasco, algunos llevan más de diez años sin pisar Euskadi, no pueden opinar sobre "lo que más conviene a la comunidad autónoma vasca", sería como pretender que yo opinase sobre lo que más conviene a los andaluces.

Por si eso no fuera motivo suficiente, los exiliados van a votar guiados por el rencor y la rabia. No se puede permitir que se vote desde el rencor y la rabia. Ya se que es muy ingenuo apelar al voto cerebral y no al voto visceral, que el 90% de los votantes vota con el corazón y no con la cabeza y todo eso, lo se, soy consciente, pero que sea la tónica general no significa que este justificado ni mucho menos que sea lo que haya que hacer. Hay que intentar evitar por todos los medios el voto descerebrado, alentar al mismo, llamar a unos que sabes de sobra que lo que van a hacer es votar en contra de algo "porque sí", sin siquiera plantearse cual es la alternativa a la que están votando... no me parece muy democrático.


Sobre todo cuando en realidad este gesto no responde tanto a la "justicia para con los exiliados" si no a la necesidad de quitarle opciones a un partido político. Se trata de cerrar todas las puertas posibles a Bildu para que no entre en Ajuria Enea de ningún modo. Y que queréis que os diga, cerrar puertas porque sí, a la opción política que sea, no me parece muy demócrata.


Yo no quiero que gane Bildu. Tampoco creo que tenga auténticas posibilidades, al menos si se presenta en solitario. Puede que gane en Gipuzkoa, pero ni en Bizkaia (somos más PNVistas) ni en Araba (son más españolistas) va a ganar. ¿Existe esa posibilidad? Hombre... pues sí puede ser más fuerte que las otras veces, aunque solo sea porque las otras veces no existía Amaiur (porque Amaiur sí es relativamente fuerte) pero dudo mucho que lleguemos a ver a un Nacional Socialista de Lehendakari vasco. Pero aún así eso no es lo importante, lo importante es que estamos jugando a la democracia y si vamos a ser democráticos todo el mundo debe tener opciones. Aunque sea reprochable su ideología, aunque estés en contra de ellos, deben existir. Y si no quieres que salgan, vota a otros, y si muchos no quieren que salgan... no saldrán.

Así funciona la democracia.

Utilizar tácticas rastreras para poner zancadillas a tus enemigos, además de un gesto muy cobarde (porque significa que tienes miedo) me parece muy muy poco democrático. Hay que hacer algo con los exiliados y las de más victimas del terrorismo, eso está claro. Honrarles de algún modo, no se cual, pero hay que reconocerlos de algún modo. 

Usarlos como escudo no me parece que sea honrarlos, ni me parece que sea justo para ellos.

1 comentario:

Pat Consigliere dijo...

Sobre tu retorno, deja de jugar con mis sentimientos, eres un cabrón embustero, pero me alegro de que hayas vuelto.

Sobre los exiliados y Bildu, te doy la razón, no sé a qué coño viene eso de que se plantee la posibilidad de que voten los exiliados que nada tienen que ver ya aquí. Eso no es ni reonocimiento ni honra ni nada, sólo interés político y muy malamente disimulado. Además, que no es coherente que voten sujetos que no van a ser gobernados.

Y a todo esto, tampoco pensaba yo que Bildu saldría aquí en Donosti y mira. No hay que tener miedo a que se presenten a las elecciones partidos de este tipo, como bien has dicho, es democracia, pero sí que es verdad que hay dos factores que últimamente están siendo decisivos en los votantes de cualquier lugar, ya sea a nivel local, autonómico o a nacional, y es la desesperación que sufren los ciudadanos ante las malas condiciones económicas. Es el momento dse oportunidad de las tendencias políticas más radicales y nacionalistas, y muchos de esos partidos se van a valer de la vulnerabilidad emocional de muchos sectores de la población, así como de la desinformación, para extender discursos xenófobos que conducen a la exaltación máxima del etnocentrismo y la insegurodad hacia el "otro", que funciona como chivo expiatorio. Y el miedo no procede tanto de los partidos políticos, sino de los votantes,reside en esa credibilidad que puede otorgarle la mayoría de los ciudadanos de un país a esa manipulación basada en la distorsión de la realidad por medio del discurso del odio. Sí, hay que asimilar que forma parte de la democracia, no se puede vetar, pero el problema reside en si realmente la población sabe a quién vota... Y no es por insultar la inteligencia de la gente, sólo magnifico su ingenuidad.