#GoraETA

Parafraseando a George Carlin: 

"Creo que en el tema de los derechos hay dos modos de plantearselo; O bien tenemos todos los derechos, o bien no tenemos ninguno. Personalmente soy de los que se inclina más por la primera postura, por ejemplo, creo que tengo derecho a hacer lo que me de la real gana, pero creo que si hago algo que no te gusta, tu tienes el derecho a pegarme un tiro por ello. Así que la próxima vez que os venga un imbecil diciendo "Yo tengo derecho a mi opinión" decidle "¿Ah sí? Bueno, pues yo tengo derecho a la mía y en mi opinión tú no tienes derecho a tu opinión", luego disparad al gilipollas y largaos"

Hace ¿dos días? en la audiencia nacional hubo un problema con uno de los detenidos. Era un preso de ETA, no se exactamente que pasó, pero el tumulto que había ido a reirle las gracias comenzó a gritar "Gora ETA" y el juez los mandó a tomar por culo a todos. Acto seguido "Gora ETA" (para los no vasco-parlantes es "Viva ETA") se convirtió en Trending Topic, y aparte de los cientos de miles de mensajes que comentaban "no me puedo creer que Gora ETA sea Trending Topic", había otros muchos escribiendo cosas del estilo "¿Porque si grito Viva Franco no pasa nada y si grito Gora ETA es un crimen?".

Nos encontramos con el famoso problema de la libertad de expresión. De que se puede y que no se puede decir con la libertad de expresión, un problema tan viejo que la primera vez que se encontraron con él, al primer tipo que usó su libertad de expresión lo mataron (así solucionaban las cosas entonces). En el siglo XXI, y menos en España, no vamos a ser tan drásticos nunca, aunque en ciertos problemas que tenemos debiéramos serlo, pero eso es otro tema. En su lugar, y porque vivimos en un el mundo occidental durante el S.XXI, la gente se llevará las manos a la cabeza escandalizada y pedirá que te corten el miembro viril solo por hacer apología del terrorismo. La doble moral de la civilización actual (esa que tan bien retrataba Polanski en la nunca suficientemente recomendada "Un Dios Salvaje"), en donde ocultamos bajo una máscara de civismo y pulcritud a un romano que está deseoso de pedir la cabeza del cristiano en el circo. 

Sin embargo la posición de los tuiteros, amantes salvajes de la libertad de expresión (son de esos que se follan a la libertad de expresión sin condón), tampoco me parece la correcta. Soy partidario, al igual que lo era George Carlin, de que uno pueda decir o incluso hacer lo que le salga de los huevos. No creo en ningún tipo de moral porque toda moral fue pensada y racionalizada por hombres con poder, y soy una persona que no se fía de nada que haya sido pensado y planeado por gente de poder (uno que tiene sus manías). Sin embargo si creo que para que la sociedad funcione y no nos matemos los unos a los otros, incluso aunque muchos merezcáis la muerte (Rafa Moras del mundo y políticos, por ejemplo), debemos basarnos en la única norma moral real que ha existido jamás, esa que Kant consideraba como el imperativo categórico; "No hagas a los de más lo que no quieras que te hagan a ti". Entre otras cosas porque creo que si lo haces, si te excedes y ofendes, tienes que tener las pelotas y el valor de que te devuelvan las ostias. En este caso, que te llamen terrorista y pidan  tu cabeza por hacer apología de unos asesinos cobardes de mierda.

La posición de los tuiteros es por tanto, y siempre desde mi punto de vista, la posición comoda del crio de 15 años (o de un Anonymous cualquiera), la de tirar la piedra y esconder la mano. Hacer algo y pretender que la respuesta no vaya contigo. Porque no puedes follarte a la libertad de expresión, decidle que la quieres, no llamarla al día siguiente, y escandalizarte porque va por ahí diciendo que eres un hijo de puta (por seguir con la analogía sexual).

¿Puedes gritar "Gora ETA"? Claro que puedes. También puedes gritar "Que se mueran los feos", o "Hagamos jabón a base de judíos, negros y maricas", pero si gritas esas cosas tienes que estar preparado a que te insulten por ello. Y si se lo gritas a un juez, tienes que estar preparado a que te eche a patadas de la audiencia nacional.