Morirse de frio.


Intento no borrar mi huella digital porque en el fondo no deja de ser mi pasado. Podéis iros a las primeras entradas de este blog (no lo hagáis, pero, podéis), que es un blog que abrí hace casi una década, y os encontraréis las reflexiones de un chaval muy imbécil que poco tienen que ver con la persona que soy hoy en día. Sigo siendo un imbécil, claro, pero de una manera distinta.

Y si uno se pusiese a buscar en alguno de mis blogs antiguos (puede que incluso en este mismo haya algo de eso) es posible que se encuentra alguna entrada o crítica escrita por mi, en donde defienda a capa y espada el valor objetivo de una obra artística o en donde trate de definir en términos absolutos qué es o que no es arte.

Como os digo, un chaval imbécil.

Ahora, a mis casi 31, la vida me ha llevado por muchos caminos. Y lo que he aprendido, acerca del arte, y no digo que sea la verdad, digo que es lo que yo personalmente he aprendido, es lo siguiente; El arte no es nada.

Y es más, me atrevería a decir que el arte no existe.

Antes de que los artistas que leáis esto y no estéis de acuerdo os saltéis la cuarentena y vengáis a mi casa a pegarme, dejad que explique por qué digo esto. Considero que el arte no puede definirse porque definirlo es limitarlo, que es un acto que va absolutamente en contra del propio ejercicio creativo. Porque si defines qué es por descarte estás aceptando que hay cosas que no son, que hay un modo de hacer arte que está mal. Pero no puede estar mal porque eso no forma parte del juego. Por no hablar que limitarlo en una definición concreta, excluye por completo al espectador de la obra, que es, creo yo, una parte clave e irreemplazable de la experiencia artística. Una obra no puede estar completa mientras no sea experimentada por alguien. Porque al hacer tu obra estás intentando decir algo, algo propio, algo tuyo. Si solo te lo dices a ti es egocéntrico y masturbatorio, o un post en un blog en Internet, y no una obra artística. Solo cuando lo que has expuesto al mundo es recibido por, bueno, el mundo, está completo.

Si empezamos a limitar el arte en base a que hay cosas que SON y cosas que NO SON, estamos dando por hecho que habrá cosas que sean arte incluso aunque no sean experimentadas por nadie jamás. Que podrías pintar, cuadros toda tu vida y no enseñárselos a nadie, y esos cuadros serían obras maestras atemporales, y eso simplemente no es cierto. Eso por no hablar las preguntas que surgen a raíz de la mera idea de definir el arte de manera limitante, porque ¿En base a qué lo definimos? ¿En base a criterios técnicos? ¿Solo es arte aquello que tenga buena técnica? ¿Y qué es buena técnica? ¿Qué pasa con todos esos artistas cuya técnica fue despreciada en su momento? O tal vez no lo definamos en base a la técnica, a lo mejor lo definimos en base a la opinión de ciertos expertos con autoridad, pero entonces ¿Quienes son esos expertos? ¿En qué se basan? ¿No están solamente dando su opinión? etc. 

Podría seguir un buen rato con esto, pero creo que se entiende la idea.

Además, con los años me he dado cuenta, aunque puede que esto sea una observación equivocada, que las personas que parecen más obsesionadas con definir el arte en términos objetivos, al menos las que lo hacen de manera abierta, se clasifican en dos grandes grupos:

El primer grupo es el de personas sin ningún tipo de conexión real al proceso creativo, más allá de una ligera inquietud o interés. Estas personas son capaces, o han sido capaces en algún momento de sus vidas, de disfrutar de obras de arte, ya sean literatura, cine, música, las artes plásticas o todas a la vez. En general tienden a considerarse a si mismas intelectuales. Sin embargo, como personas absolutamente ajenas al proceso creativo, tienden a perderse en cuanto uno intenta mear un poco fuera del tiesto. Y no hablo en un plano intelectual o de mensaje, si no de forma. Cualquier obra que exija un mínimo de predisposición por parte del espectador, que exija un mínimo de apertura mental y el ir sin pretensiones "a ver que pasa", con ganas de sentir algo y que se te mueva algo, les espanta y les aterra y tienden a no entenderlo. Y como no lo entienden, tiene que ser una mierda, porque lo que ellos han entendido lo han disfrutado.

Este primer grupo valora mucho las obras que llevan muchas horas de trabajo y tienen mucha técnica detrás. Y no me entendáis mal, la técnica y el trabajo son maravillosos, pero no son lo único que hay por más que este primer grupo insista en que lo son. Valoran los clásicos y desprecian cualquier obra pictórica aparecida después del año 1900, a no ser que sea figurativa. Se les reconoce fácil porque son muy de decir "eso cómo va a ser arte SI LO PODRÍA HABER PINTADO UN NIÑO".

El segundo grupo es el comité de expertos. En este caso, a diferencia de los del primer grupo, sí son personas relacionadas al proceso creativo y al mundo artístico, ya sea porque son artistas, críticos o mecenas. Tienden a ser más abiertos de mente que los del primer grupo, sí, pero una vez rascas la superficie te encuentras con los mismos prejuicios expuestos de manera distinta. Dentro de este segundo grupo creo además que hay dos subcategorías; la del mitoplasta, ese para el que "todo lo bueno era lo de antes" (es el que más similitudes comparte con el primer grupo) y la del inmediato, ese para el que todo lo mejor, y todo lo que vale, es lo que sea que está de moda en ese preciso instante. Estos últimos son los típicos que se pasaron hasta 2015 despreciando el reguetón como música para las masas y basura misógina para entretener a idiotas que ahora pierde el culo por ir a alguna fiesta donde pongan oldies de reguetón o le flipa Ms Nina de forma no irónica.

Este comité de expertos parte, o así al menos es como lo interpreto yo, de una necesidad de validación tremenda. Como personas involucradas al proceso creativo, es gente que ha dedicado tanto tiempo a una actividad o una disciplina artística que necesita saber que ha servido para algo más allá de su propia satisfacción. Necesita saber, o más bien necesita que el mundo le diga, que es un experto en lo suyo. Que su opinión vale. Que ha ganado. Necesitan que el mundo les de ese premio porque, de lo contrario, todo lo que han hecho hasta ahora habría sido en balde, y eso no puede ser. Necesitan esa validación porque si no, haber trasnochado para escribir una entrada larguísma sobre algo tan poco popular y que va a interesar a tan poca gente como un futil intento de responder a la pregunta "¿Qué es el arte?", en un blog muerto en el que no publican nada desde hace años habría sido una absoluta pérdida de tiempo.

Y la cosa es, o al menos así es como yo la veo, que no pasa nada. El arte es una cuestión mucho más nihilista y sin sentido de lo que nadie parece atreverse a reconocer y no hay nada de malo en ello, y la única persona que necesita validar tus opiniones acerca del tema eres tú mismo.

Quiero matizar porque no lo he mencionado antes, que cuando digo que "el arte no es nada" o hablo de los expertos en ningún momento estoy buscando quitarle valor o importancia a cosas como la crítica profesional o las escuelas de arte, que considero pilares fundamentales de todo el proceso creativo. Puede que en una academia de arte no vayan a enseñarte a hacer arte, porque, como he dicho, el arte no es nada y por tanto no se puede enseñar, pero es que no existen para eso. Las escuelas de arte buscan darte herramientas para que luego tú vayas y puedas expresar lo que quieras expresar de la mejor manera posible, por no hablar de que, y aquí sí que entra mi experiencia personal, creo que rodearte de gente creativa es la mejor manera de disparar la parte del cerebro que impulsa la creatividad. Creo que la retroalimentación en ese tipo de entornos es clave para mejorar.

No se si diría que ir a una escuela a que te enseñen a pintar es necesariamente obligatorio, porque conozco mucha gente autodidacta a la que le ha ido bien, pero desde luego es una experiencia que yo siempre recomendaré y que siempre aconsejaré a la gente que la tenga, sobre todo a los jóvenes que puedan leer esto y piensen que no la necesitan (been there, done that).

Y en cuanto a los críticos; ¿Cómo meterme con los críticos cuando yo he sido uno de ellos? He empezado diciendo que tener espectadores es lo que hace que una obra deje de ser algo que has hecho y empiece a ser una obra, y en esos espectadores entran los críticos. El problema surge si empezamos a considerar la opinión de estos espectadores expertos como la verdad, que es algo que nunca deberíamos hacer y algo que no creo que ningún crítico que merezca un mínimo de respeto pretende hacer jamás. Creo que un crítico que merezca respeto es capaz de comprender que su profesión se basa en dar su opinión personal acerca de las cosas, ni más ni menos, y que su labor existe para dar al resto de espectadores (tanto los que opinan como el crítico como los que no), un marco de referencia antes de abordar cualquier cosa.

No son más que guías, y su trabajo no debería considerarse más que eso. Lo digo porque ahora se tiende mucho, sobre todo en ciertas zonas de Internet, a blandir las críticas (tanto para bien como para mal) como arma para atacar a los que no opinan como uno mismo. Y de eso no se trata tampoco. Vuelvo a insistir en todo eso del nihilismo y el sinsentido de lo que hablaba antes.

Llegados a este punto, surge la siguiente pregunta; Si el arte no es nada ¿Significa eso que todo es arte?

La respuesta a eso, para mi al menos, es que sí y no. Sí, en el sentido que todo me parece equiparable, no en el sentido de que nada es arte así que no, nada lo es, no es un tema de que todo lo sea, es que, como ya he dicho, el arte como concepto abstracto en los términos en los que buscamos definirlo siempre es contrario a la actividad creativa. Porque no puedes limitarlo. No va de eso el hacer cosas. El arte para mi, no es más que una expresión. Es una persona que quiere decir algo, en la forma que sea, y que puede ser un concepto concreto o un concepto abstracto, o simplemente quiere contar una historia que entretenga, y la cuenta a través de un lenguaje distinto, uno que, si todo funciona, traslada emociones al receptor. No puedes limitar eso.

El otro día (el otro día cuando escribo estas líneas) se viralizó en Twitter una imagen que decía algo así como "consumes entretenimiento y piensas que estás consumiendo arte" (no encuentro la imagen, no me acuerdo exactamente lo que decía), que es una afirmación que me he ido encontrando, y hasta puede que yo haya dicho, a lo largo de mi vida en muchos sitios. Es esa idea de que si es entretenido, o si solo busca ser entretenido, no puede ser arte, porque el arte tiene que ir más allá o lo que sea. Pero esa idea descarta prácticamente toda la música, literatura y arte pictórico clásicos, todas las grandes obras que se hacían por encargo para entretener o decorar los salones de nobles millonarios. Obras que, nadie en su sano juicio discutiría como obras de arte, que, sin embargo no dejaron de ser cosas hechas para entretener.

Sin embargo cuando se hacen cosas sin pretensiones ahora se desprecian.

¿Sabéis qué canción es Mi gente? Es una canción que J Balvin, reguetonero colombiano, en colaboración con Willy William, DJ y cantante francés, sacaron en 2017. La cosa es que esta canción es un remix de otra que Willy William sacó dos meses antes, titulada Voodo Song, tema que a su vez está sampleando un fragmento de la canción Heila Duila Nach, una canción que un tal Akassh, compositor y productor de música de la India (muy famoso según la wikipedia), hizo para la película Ami Tomar Hote Chai.

No se si atreverme a decir que Mi gente es arte, lo que sí se es que no me puedo decir que no tenga un proceso creativo/artístico o lo que sea detrás. Porque a pesar de ser un tema comercial que es un remix de un remix y una canción que no busca nada más que hacerme bailar y moverme, es una canción en donde los aportes y los añadidos (frente a Voodoo Song) me parecen lo suficientemente claros como para poder decir que el aporte creativo de J Balvin (y quien sea que les ayudó en la producción) es importante para su éxito, para poder decir que a pesar de su condición de refrito del refrito, hay algo en ella que la hace única. Y no, no voy a usar la palabra flow porque qué puto asco la palabra flow.

No puedo descartar o desmerecer esa canción, o cualquier otra, porque, para mi, el proceso artístico es expresión, es soltar al mundo lo que quieres soltar, ya sea algo con significado, profundidad, algo sentimental o algo que simplemente te apetece hacer por el mero hecho de que te apetece hacer, y que un público lo reciba y lo experimente cada uno a su manera. No es ni más ni menos que eso. Y, en ese sentido, Mi gente hace eso.

Hay un rollo muy elitista en menospreciar algo por ser un mero entretinimiento para las masas. Que lo entiendo, yo mismo era muy de caer en eso (y aún caigo, porque ya he dicho hace como 150 párrafos que sigo siendo un gilipollas), era muy de querer sentirme superior o que tenía un conocimiento que el resto no tenían y eso ya me hacía mejor y por eso yo apreciaba X movida mientras que los putos normies apreciaban Y. Es una fantasía muy de persona lista.

Pero no deja de ser eso. Una fantasía.

La realidad, y ya voy cerrando, creo que es muy distinta; Considero que el arte no es nada, porque no puede ser nada. No hay que buscar una definición porque no necesita una definición, porque las definiciones limitan. Y no hay nada de malo en que el arte no sea nada, porque las cosas no tienen que tener siempre un sentido para hacerse. Las cosas pueden simplemente hacerse y ya.

Nihilismo. Entropía. Nada importa y las cosas simplemente pasan.

Como la vida, en el fondo.




Y si todavía necesitáis una respuesta a la pregunta de "¿Qué es el arte?" siempre podemos tirar por los clásicos y decir que "El Arte es morirte de frío".

No hay comentarios: